Don't look up, Tales!

 



No mires al cielo, a esa masa palmaria que se aproxima contra todo, no mires el tiempo, esa verdad inexorable que como cruel tirano todo lo devora, no mires a la muerte, ese destino común a donde van a parar todos los ríos. 

Baja la mirada, inclina el cuello y baja la cabeza, deja que la luz de tu pantalla te sostenga en tu aburrimiento crónico. Deja que la estupidez insípida te anestesie y seque lentamente.

No vayas a levantar a la mirada, y darte cuenta que más vale sentarte al banquete con tus corazones amados y dejar al ruido de los "miedos de descomunicación" afuera. No vayas a dejar de enterarte de los egos frívolos que venden narcisos, no vayas a elevar tu mirada.

No vayas a ser como el viejo Tales: 

"Sócrates: Cuéntase, Teodoro, que ocupado Tales en la astronomía y, mirando a lo alto, cayó, un día, en un pozo, y que una sirvienta de Tracia, de espíritu alegre y burlón, se rió, diciendo que quería saber lo que pasaba en el cielo, y que se olvidaba de lo que tenía delante de sí y a sus pies. Este chiste puede aplicarse a todos los que hacen profesión de filósofos. En efecto, no sólo ignoran lo que hace su vecino, y si es hombre o cualquier otro animal, sino que ponen todo su estudio en indagar y descubrir lo que es el hombre, y lo que conviene a su naturaleza hacer o padecer, a diferencia de los demás seres. ¿Comprendes, Teodoro, a donde se dirige mi pensamiento?" 




Pd: (Jennifer Lawrence, olvídame).


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